Un poco de humor en la sala de espera

Fuerza Japón!

Todo lo que quería saber sobre los Implantes Dentales

¿Qué son los implantes dentales?

Los implantes son unas fijaciones de titanio que se colocan en los huesos maxilares con el fin de sustituir a las raíces de las piezas dentales perdidas, lo cual nos permite reemplazar la pieza natural por una pieza artificial de mejor funcionalidad e igual o mejor estética.

¿Qué es la oseointegración?

La Oseointegración es un fenómeno biofísico que produce una unión a nivel molecular del titanio con el tejido óseo. Dicha unión es tan fuerte que si quisiéramos posteriormente separar el titanio del hueso sería imposible, tan sólo podríamos extraer el implante extrayendo al mismo tiempo el hueso que lo rodea.

¿Tienen los implantes contraindicaciones?

Existen muy pocas contraindicaciones absolutas, entre las que podemos destacar enfermedades graves que influyan en el metabolismo del hueso, infecciones específicas, tumores malignos que afecten al hueso, o radioterapia en grandes dosis.

Es importante decir que los implantes no provocan rechazo en el organismo, tan solo puede ocurrir que fracase la oseointegración (se estima normal un nivel de fracasos del 2% de los implantes colocados). Aquí entra en juego la pericia del cirujano, aunque también hay que considerar que hay casos más comprometidos que otros. Cuando un implante fracasa puede y debe volver a colocarse otro para sustituirlo.


¿Es compleja la intervención quirúrgica?

Se trata de una intervención ambulatoria, esto quiere decir que no es preciso ingresar en un ambiente hospitalario sino que la intervención se lleva a cabo en la consulta dental, siempre que dicha consulta esté equipada con el material y tecnología necesaria para realizar cirugía.

La intervención se lleva a cabo en la mayoría de los casos mediante anestesia local. En intervenciones de larga duración (rehabilitaciones completas, elevaciones de seno maxilar, regeneración ósea) se puede recurrir a un Médico Anestesista para una sedación intravenosa monitorizada.

El paciente en ningún momento siente dolor ni molestia alguna.

¿Es duro el periodo post-operatorio?

Al contrario de lo que pueda parecer, en muchos casos el post-operatorio supone menos molestias e incomodidades que otras intervenciones menores en Odontología. Un implante bien colocado no debe doler, únicamente puede ocasionar molestias la herida en la encía durante el proceso de cicatrización. Es fundamental observar una escrupulosa higiene para evitar sobreinfecciones de la encía. Normalmente se prescriben antibióticos por seguridad. En los casos de grandes intervenciones, como elevaciones de seno maxilar o injertos de tejidos duros y/o blandos, aparece frecuentemente edema durante los primeros días, si bien no resulta doloroso y permite hacer vida normal.

¿Cuánto tiempo dura el tratamiento completo desde la colocación de los implantes hasta la colocación de la prótesis definitiva?

Los implantes utilizados en nuestra Clínica son los que menor intervalo de tiempo requieren para ser cargados. Las prótesis pueden colocarse tras dos meses de espera una vez realizada la cirugía. Otros implantes pueden requerir un tiempo de oseointegración de hasta seis meses.

¿Se pueden colocar implantes en pacientes de todas las edades?

Los implantes se pueden colocar en los jóvenes una vez completado el desarrollo, normalmente a partir de los dieciséis años en las mujeres y dieciocho en los hombres. En los adultos no existe contraindicación en razón de la edad.


¿Qué tipo de prótesis se puede colocar sobre los implantes?

Básicamente existen dos formas de rehabilitación protésica sobre implantes: La prótesis fija en cerámica o resina, que nos proporciona el mayor nivel de estética, comodidad y función, y la prótesis removible (de quitar y poner), realizada en resina acrílica y que supone una opción más económica al ser un tratamiento menos sofisticado.

¿Son los resultados estéticos?

Los implantes correctamente colocados garantizan unos resultados estéticos muy favorables para el paciente.

El paciente debe tener claro que no sólo conseguirá una boca sana sino además una sonrisa estética. Esas deben ser sus exigencias.

¿Cuáles son las condiciones fundamentales para el éxito del tratamiento?

Las condiciones fundamentales para garantizar el éxito son:

1. La correcta planificación del caso concreto, realizando un correcto y presumido Diagnóstico y Plan de Tratamiento específico e individualizado para cada paciente.

2. Las manos y la experiencia del cirujano (el tamaño del implante y su correcta colocación)

3. La elaboración de la prótesis teniendo en cuenta las cargas que ha de soportar y el correcto ajuste para evitar fuerzas anómalas que supongan un sobreesfuerzo de los implantes.

¿Existen riesgos para el paciente?

Quizás el riesgo más significativo es la pérdida de sensibilidad en la zona del labio inferior cuando durante la intervención se toca o se secciona el nervio mentoniano, dicha pérdida de sensibilidad puede ser temporal o permanente. Por ese motivo hay que ser especialmente cuidadoso cuando se opera en esa zona porque no nos vale tocar el nervio con un implante demasiado largo pero tampoco nos sirve un implante demasiado corto que no soporte la carga a la que será sometido.

Por otro lado es fundamental que los implantes estén correctamente colocados desde un principio, puesto que una vez que éstos se oseintegran quedan «soldados» al hueso y si fuese necesario extraerlos perderíamos mucho hueso maxilar, lo cual complicaría enormemente una rehabilitación y por supuesto los resultados nunca serían los mismos.

¿Qué sucede cuando el paciente tiene poco hueso en la zona a rehabilitar?

Hoy en día disponemos de técnicas avanzadas para realizar cirugías en casos extremos. Se puede recurrir a elevaciones de seno maxilar e injertos que pueden ser autólogos (propios del paciente) o de otros tipos, con un porcentaje de éxitos elevadísimo. Afortunadamente son rarísimos los casos en los que un paciente que desea ser rehabilitado no puede serlo. El campo de la regeneración ósea es sin lugar a dudas uno de los principales avances en la Implantología de los últimos años.

¿Qué solución ofrecen los implantes a los pacientes con piorrea?

Para los paciente con enfermedad periodontal, comúnmente conocida como piorrea los implantes son «LA SOLUCIÓN». Tradicionalmente este tipo de pacientes estaban ineludiblemente avocados a perder sus dientes. El único tratamiento que podíamos ofrecerles era una higiene escrupulosa y periódicas visitas a la consulta para realizarse tratamientos periodontales. La perspectiva final siempre era la misma: la dentadura completa de quitar y poner.

Ahora los implantes han revolucionado la forma de tratar a estos pacientes, es importantísimo saber que los largos tratamientos periodontales no solo son inútiles sino que son perjudiciales porque mientras se hace un esfuerzo para conservar la pieza natural no podemos evitar que la enfermedad siga su curso y vayamos perdiendo hueso. Hay que saber cortar ese proceso antes de que sea demasiado tarde. El hueso es fundamental para una buena rehabilitación y para un resultado estético. En los casos extremos es muy difícil lograr estética.

El Bruxismo y el Stress

El bruxismo ha crecido progresivamente en los últimos tiempos. El ritmo de vida y el stress han contribuido a acentuar esta conducta, constituyéndose en un motivo cada vez más común de consulta al odontólogo.


Entre un 20 y 25% de la población padece esta enfermedad, tanto adultos como niños.

El bruxismo es una actividad anormal de la masticación que se produce de forma inconsciente y suele darse de noche, aunque también puede ocurrir durante el periodo de vigilia. Es producido por un constante apretar y rechinar de los dientes debido a una contracción rítmica, repetitiva y violenta de los músculos de la masticación.
Suele presentarse en los niños de entre 4 y 6 años y tiende a disminuir con la edad, después que erupcionan los molares permanentes y los dientes incisivos. Igualmente, puede producirse de manera leve en la mayoría de las personas, generalmente al iniciar el sueño. Estas situaciones, en la mayoría de los casos, no necesitan tratamiento.


Cuando se producen casos severos, ayudados por el stress y otros factores, y el rechinar se mantiene constante en la adultez, las consecuencias se agravan debido a las molestias que acarrea y sus posibles consecuencias, relacionadas con el deterioro del Sistema Estomatognático.

Los síntomas y signos más comunes del bruxismo son:

  • Rechinamiento dental severo que por lo general ocurre durante el sueño.
  • Fuertes dolores de cabeza.
  • Dolor en los músculos de la cara y cuello, principalmente al despertar.
  • Alineación dental anormal.
  • Desgaste en el esmalte, que da apariencia plana en las cúspides de los dientes y expone la dentina, provocando sensibilidad dentaria.
  • Marcas de dientes en la lengua, así como daños en la parte interior de las mejillas.
  • Dislocación de la mandíbula; ruidos y chasquidos en la articulación de la mandíbula con el cráneo.
  • Dolor de oído.
  • El menisco articular que permite abrir y cerrar la boca con normalidad acaba sufriendo daños muchas veces irreparables por esta causa, que también origina problemas neuromusculares muy dolorosos.
  • Ansiedad, estrés y tensión general.

La intensidad y duración puede ser muy variable y pueden ocurrir varios eventos durante el sueño nocturno.

¿Qué lo provoca?

Existen diferentes factores que inciden en la aparición del bruxismo, por lo que conviven diversas teorías que relacionan aspectos físicos y psicológicos. En cuanto a los primeros, defectos en la mordida o algún diente fracturado o faltante pueden contribuir a la aparición del bruxismo. Respecto de los segundos, todas concluyen en que el stress de la vida moderna y la ansiedad lo acentúan y, en muchos casos, pueden ser los factores desencadenantes.
Como mecanismo psicológico, el individuo tiende a somatizar la tensión psíquica en el organismo, generando diferentes dolencias según sea el órgano donde se manifieste la patología. En el estómago,  las úlceras y gastritis; en el aparato respiratorio, los accesos asmáticos; en la piel, la dermatitis seborreica o la psoriasis; etc. En este marco, la bruxomanía es la representación del estrés en odontología.

¿Cómo se trata?

Esta enfermedad exige de un tratamiento que abarque todas las variables que causan la patología. Cuando se descartan los posibles factores anatómicos alterados, el abordaje debe encaminarse a tratar los aspectos psicológicos que pueden estar incidiendo.
Las técnicas de relajación muscular pueden resultar de gran utilidad. Pueden usarse también protectores dentales que si bien no curan el bruxismo, ayudan a prevenir el daño en los dientes. En algunos casos, debe considerarse la posibilidad de psicoterapia.
Cuando el bruxismo se produce en niños pequeños, se recomienda evitar el ejercicio extenuante, los juegos muy bruscos y los programas de televisión violentos. Asimismo, un baño por la noche para ayudar a relajarlos y cambiarlos de posición mientras duermen si se detecta que están rechinando los dientes, son medidas que ayudan a controlar el problema.


El odontólogo puede controlar este fenómeno mediante la fabricación, colocación y control periódico de una placa neuromiorrelajante y la realización de un ajuste oclusal a nivel dentario. Además, puede prescribir algún tipo de relajante para actuar sobre los músculos y ayudar a aliviar el dolor.

Un robot, el nuevo paciente de los estudiantes de odontología

A pocas personas les gusta sentarse en el sillón del dentista, pero al menos los estudiantes japoneses que quieran dedicarse a esa especialidad tendrán ahora un nuevo robot para practicar antes de pasar a los pacientes humanos.

En una iniciativa que ha sido descrita como el primer uso a gran escala de un robot dental, 88 estudiantes de la universidad japonesa de Showa rinden examen usando un robot-paciente, que reacciona ante procedimientos que causarían dolor en un humano.


«La habilidad y capacidad médica se gesta a partir de las fallas. Las capacidades de cada uno sólo mejoran si has fracasado antes», dijo el subdirector universitario de Showa, Koutaro Maki.

«Por ello, llegamos a la conclusión de que un robot es la única forma que permitiría a los estudiantes aprender de sus errores sin causar inconvenientes a los pacientes», añadió.


El robot, que sobrevivió intacto a los exámenes, fue creado por el departamento de ortodoncia de la universidad y mide 157 centímetros de altura.

Se trata de la tercera generación de este tipo, y fue desarrollado para permitir a los estudiantes practicar con un paciente de apariencia real que reaccionara como un humano.


No sólo reacciona de forma automática a acciones que causarían dolor en un humano, sino que también los instructores pueden usar un control para provocar actos no predecibles, como un estornudo, una tos o un movimiento.

Según estudiantes como Shugo Haga, de 26 años, este prototipo proporciona una réplica de las reacciones humanas mucho mejor que otros robots.

«Este robot es bastante diferente a los que teníamos hasta ahora en lo que se refiere a movimientos, puesto que ahora son muy parecidos a los de un paciente real. Uno se da cuenta realmente de las dificultades de trabajar con un paciente», explicó Haga.

El robot también segrega saliva artificial para simular las condiciones de una boca humana, e incluso se cansa e intenta cerrar la boca si el estudiante tarda mucho.

Aunque la universidad de Showa ha usado humanos en sus exámenes clínicos, el hospital espera que su nuevo robot paciente asuma la carga de ser pinchado y perforado para ayudar a formar a la nueva generación de creadores de sonrisas.